18 oct 2017

ESCUELAS DE AJEDREZ DE ARMENIA, DE LA INDIA Y DE RUSIA Y SUS COINCIDENCIAS.




¿Qué tipo de material deben estudiar los niños? ¿Cómo hacer que piensen más sus jugadas? ¿Cómo fomentar su motivación y su disciplina? ¿Cómo saber si su instructor es el adecuado?
Esas son las preguntas más frecuentes que se me hacen cuando algunos padres de niños ajedrecistas se me acercan o me escriben un email o un mensaje inbox en Facebook.
Desde 1926, tras los estudios serios realizados por psicólogos, pedagogos y jugadores de ajedrez de alto nivel  que en la Unión Soviética se dieron a la tarea de diseñar un sistema de promoción y enseñanza del ajedrez para que la sociedad de la URSS se beneficiase al máximo de la práctica organizada del ajedrez y que se obtuvieran resultados óptimos de masividad y calidad; se puede afirmar que ya hay casi un siglo de experiencias documentadas de lo que funciona y lo que no funciona en lo que toca a la instrucción y entrenamiento de niños ajedrecistas y de la capacitación del personal que puede apoyar a que logren la mayor realización de su potencial.
En base a ello, se sabe que tipo de material deben estudiar los niños. Libros y manuales secuenciales que desglosen cada elemento del que se compone el razonar en ajedrez, cuadernos de ejercicios que estimulen el aprender haciendo. Libros que busquen el desarrollo integral de un jugador y no meramente la memorización de variantes de aperturas. Pero muy importante: material que descubra las bellezas del ajedrez y acerquen así al niño al “hechizo” del ajedrez.
Estudio de la táctica y las combinaciones son lo que los libros y cuadernos de ejercicios tenían como tema principal en la producción editorial de la URSS y ahora las escuelas de Armenia, la India y Rusia  más publican y recomiendan.
Cuando el infante observa una combinación, como, casi por sorpresa, surge una jugada que parece retar las reglas sobre material y en base a un pequeño detalle, difícil de percibir, aparecen secuencias de jugadas que parecen arreglan mágicamente una situación en que el rey cae derrotado, se crea esa “magia” que hará que el niño desee crear y pensar esas bellezas que recién contempla en partidas de maestros. Siente el placer de pensar y ya no podrá vivir sin disfrutarlo.
Curiosidad es todo lo que se necesita estimular y poco a poco la naturaleza humana hará el resto.
¿Cómo hacerlos pensar más? Cuando comienza a encontrar las respuestas de manera cada vez más rápida, hay que hacer la tarea gradualmente más difícil. Comenzar a quitarle las imágenes visuales y que se acerque a las imágenes mentales. Ir proporcionando los ejercicios gradualmente con cada vez un poco más de dificultad. Que las sienta solucionables, pero a la vez que sean cada vez más complejas. Que aprenda a medir el tiempo, sienta lo que dura un minuto, lo que duran 30 segundos. Jugar a sentir el tiempo y medirlo. El pomodoro, la clepsidra o un simple cronometro que le detengan a no dar una solución hasta que por lo menos pase un par de minutos.
La motivación vendrá de la contemplación de la belleza de una idea, de que observe la producción ingeniosa de una combinación. Ante la premiación material, contrastarla con el disfrute de la idea por si misma. Daño grave hacen los premios en los torneos cuando se reciben a temprana edad. Aquí hay que requisarlos y guardarlos hasta que se les de justo valor. Es mejor el reconocimiento de la labor, del esfuerzo en el trabajo. Enseñarle al niño de que se es responsable del trabajo, no de los resultados. No premiar la partida ganada, sino que la manera de jugar la partida debe ser lo que cuente. Motivar y disciplinar con amor y con la rigidez que requiere preparar a un niño para que como adulto enfrente obstáculos continuos y a menudo incomprensibles.
¿Cómo identificar al instructor malo? Se siente inmediatamente cuando alguien ama la labor que desarrolla. Su cuidado en auto superarse, en conocer a sus alumnos y en la firmeza de sus ideas. Si el alumno está listo, aparecerá el maestro adecuado.
Las Escuelas de Armenia, la India y de Rusia tienen en común la enorme cantidad de tradiciones del Asia en que los bienes materiales pasan a segundo plano ante los bienes intrínsecos del ser humano. El neoliberalismo ha tratado en esas sociedades de vulnerarlas con el consumismo y la esclavitud a los disfrutes que da lo comprado, pero han sabido combatir las tentaciones de lo fácil y efímero con lo conseguido con esfuerzo y respetando el tiempo como lo más valioso que el ser humano tiene. Respetan al tiempo con trabajo sólido y el tiempo respeta sus creaciones. Culturas milenarias que resistieron los embates de los imperios de la Europa Occidental y de las veleidades turcas y británicas son ahora bastiones del milenario juego del ajedrez.

Mucho hablar de ello y por eso planeo ir publicando libros de autores de libros de ajedrez de la India, Rusia y Armenia; que poco nos llegan ante las promociones de autores de habla inglesa y las publicaciones en castellano que responden a fomentar una demanda donde la mala instrucción en ajedrez se haga crónica y los padres de los niños gasten más, sin que signifique que sus hijos reciban el material adecuado. Los padres así es normal que se sientan confusos y desorientados. Son la base del fondeo del ajedrez de mercadotecnia y parece que los mercaderes de Caissa quieren matenerlos así para exprimir con facilidad los bolsillos. VEN ACA, parecen ser las siglas que rigen y no el Vamos Juntos.