4 abr 2016

Métodos de Ajedrez de Makogonov en Breve.





Unos lectores me piden sea más preciso sobre las bases de la Metodología de Makogonov.
Para ello me baso en los comentarios de varios grandes maestros como Bronstein en su libro Auto instructor de Ajedrez, en el biográfico de Asirian en la serie soviética Ajedrecistas de Excelencia, en artículos de Chepukaitis, Bagirov, Gufeld y Stein publicados en Ajedrez de Riga y en el opúsculo de Modell sobre Juego Posicional y en el artículo de Iljin Genevsky sobre el error, así como notas en revista 64 de 1925 y 1926 sobre el Torneo Internacional de Moscú.
 Un resumen del método sería el siguiente:
Actitud. Ser ambicioso en la búsqueda de jugadas, si hay buenas, debe haber una mejor. Observar las piezas y su relación con el espacio. Nunca conformarse con una buena jugada, esforzarse en buscar una mejor. Si uno no la encuentra, desarrolla el hábito importante de no ser conformista. Es la regla de Carlos Torre, desarrollo como jugador solo se logra siendo super exigente consigo mismo. Si no le duele al máximo perder, nunca será un ganador. Muerda y no suelte. Aprenda de los grandes depredadores, no ceda nada al enemigo. O como diría el MI Kenneth Frey: “Hombre cobarde no gozar mujer bonita”. Disculpen lo machista de la expresión, pero ilustra la regla de Carlos Torre muy bien.
Sobre Errores. Muchos aficionados piensan que pierden sus partidas por errores tácticos principalmente. Esto no es totalmente cierto.  Sus partidas suelen tener blunders, pasar por alto golpes tácticos y muchas veces parece que pierden por errores de apertura. Esto sería sencillo de curar a base sólo de resolución de situaciones tácticas. Pero muchos errores tácticos tienen su raíz, sobre todo cuando el jugador está en la fase entre principiante e intermedio, en cosas sutiles posicionales, como piezas limitadas, vulnerables y puntos de invasión desprotegidos. Muchos de sus errores tácticos tienen origen posicional, es decir, mala o deficiente colocación de piezas y peones, mala movilidad y mala cooperación o actuación entre ellas.
Clave Posicional. Mejorar la colocación de las piezas con cada jugada en lo posible. Revisar que pieza está mal colocada y mejorarla. Muchos conocen esto como regla Makogonov, el Tarrasch Dictum o formula Fischer, da igual. Mejorar la pieza peor colocada es la clave.
El juego posicional es tener nuestras piezas listas y aptas para el combate y la lucha táctica.
Valor de las piezas es cambiante. Depende su valor de su posición en el tablero y de cuantas piezas más hay en el mismo. Las piezas menores valen más que las torres temporalmente, conforme se simplifica, las torres valen más. Y en todo ello juegan un papel muy importante las estructuras de peones.
Mayorías de peones en un flanco o en el centro determinan la estrategia de una partida, tanto como la disposición de las piezas.
Simplificar. El ajedrez es muy difícil y los problemas son como hacer que nuestras piezas convivan y no se estorben unas a otras. Generalmente, con peones en el centro habrá un alfil malo y uno bueno. Antes de que se de eso, cambie un alfil. Luego si hay dudas de que columna ocupe cada torre, cambie una torre. Según Chepukaitis era la regla Capablanca y que la seguía Fischer al pie de la letra: cambie un par de piezas antes de iniciar operaciones.
Material y Cambios. Si se puede ganar un peón y cambiar piezas, hacerlo. Para ello hay que trabajar mucho en la técnica. Conocer con exactitud que finales con peón de más se gana y que finales en que tengamos peón de menos podemos entablar.
Partidas largas favorecen al jugador mejor preparado en finales.  Hay que estudiar y practicar muchos finales, sobre todo jugarlos en blitz con los compañeros para familiarizarse. Deja más que jugar blitz partidas completas. No aceptar tablas presiona al oponente, sobre todo en posiciones simples.
Táctica no es todo, es esencial como el juego posicional. Lo concreto va unido con lo abstracto, pues no puede ir uno sin lo otro, la apreciación posicional tiene que confirmarse con el calculo de variantes y este calculo se valora a través de la apreciación posicional. Combinar lo concreto con lo abstracto es la base del ajedrez.
Al iniciarse en ajedrez debemos trabajar con táctica y táctica, pero poco después, tras unos cuantos torneos, debemos trabajar mucho con la comprensión posicional. La táctica se aprende fácil, siempre que se aprenda el juego posicional.
Regla del más igual. Buscar posiciones con muy ligera ventaja y mantener ese status muchas jugadas termina por destrozar al jugador con posición inferior.
Regla de Mieses sobre aperturas, tener un esquema simple y fácil de recordar y conocerlo bien. Jaques Mieses, maestro alemán de alto nivel durante varias décadas jugaba 1.  e4 e6 2.d4 d5 3.   exd5 exd5 y luego 3. Ae3, seguido de Cf3 y Dd2, Cc3, enroque largo y lanzaba peones del flanco rey. Tuvo mucho éxito con ese esquema con blancas. Chepukaitis hacia 1. d4 Cf6 2. Ag5, y luego e3, f4 y Cf3, Yusupov siempre hacía 1.d4 Cf6 2. Cf3 y e3, luego Ad3, 0-0, b3 y Ab2, luego buscaba un Ce5 y f2-f4.  Kramnik hace c4, Cf3, g3, Ag2 contra todo. O muchos juegan g6, Ag7 y c5 con negras. Makogonov, como afirma un lector, copio los esquemas simples de Rubinstein y los aplicó. Tanto Makogonov como su alumno Chepukaitis jugaban deshaciéndose del alfil dama blanco rápidamente y gustaban de esquemas con d4, Cf3 y e3.
Métodos de ejercicio: Blitz a partir de posiciones complicadas de finales, o de posiciones teóricas básicas de finales, resolver posiciones tácticas, análisis de partidas propias y descubrir la verdadera causa del error, no contentarse con descubrir un error táctico, sino buscar la raíz del error táctico en una mala concepción posicional.
Creo que este resumen, en que sintetice decenas de notas de Modell y Makogonov puede ser muy útil para aclarar de que se trataba la metodología del azerí. La regla de Makogonov de mejorar la pieza peor colocada es, junto a la de Profilaxis de Nimzovich, anticiparse a los planes del enemigo ante todo, la base del juego de los maestros soviéticos, además de la actitud ,  el “Jugar, con tanta intensidad, como si nos fuera en ello la vida”, lo que une a muchos de la llamada escuela soviética.