Todos los días, conforme los archivos de las grandes
potencias del mundo se van desclasificando, los investigadores históricos tienen
que reescribir sus trabajos, y ven con nuevos ojos, con diferentes
percepciones, momentos de la historia que parecieran otrora estar claros.
Durante décadas los ajedrecistas mexicanos pareciéramos estar
satisfechos con las explicaciones de las razones que habían interrumpido la
ascendente carrera internacional del más grande ajedrecista mexicano de la
historia.
Se achacaba a problemas de nervios y se daba credibilidad a
las versiones propaladas por oscuros y siniestros personajes de que los problemas
que aquejaron al Gran Maestro Torre Repetto eran producto de tensiones e
incluso de malestares internos, no debido a situaciones provocadas.
Ahora se reúnen documentos y testimonios, gracias a la posibilidad
de investigar en diversos lugares que fuesen importantes en la carrera
internacional de ajedrez del genio
yucateco, que permiten el dar nuevas interpretaciones de lo que paso y que
hacen menos creíbles las historias aceptadas de problemas nerviosos en el
insigne maestro.
No han pasado muchas semanas de que se ha publicado el libro
que sobre Torre escribí en un 80% en general y 100% en lo ajedrecístico y ya
aparecen nuevas evidencias de que lo que ahí apenas se bosquejaba es posible
fundamentarlo más sólidamente.
Ya se cumplen 40 años del primer trabajo especial sobre
Torre que yo publiqué en la prensa especializada, como era el entonces boletín oficial de la FENAMAC, y
han pasado más de 80 años de lo que
publicó mi abuelo materno, el General Médico Militar Francisco Raúl Vargas, en
1935 en su revista Mexicana de Ajedrez.
Si los libros escritos por todos los autores mexicanos que
nos hemos atrevido a analizar las partidas del GM Torre han adolecido de
deficiencias técnicas, pasando desde el excelente trabajo del Dr. Germán de la
Cruz, el voluminoso del Dr. Velasco y las recopilaciones de Gilberto Repetto, así
como la novelada versión prima del Lic. Terrazas, y mi intento de dar nuevo
enfoque a las aportaciones del Maestro Torre a la teoría y didáctica del juego
ciencia; donde más hemos quedado cortos es en el perfil político de las
situaciones especiales que hicieron victima al maestro Torre de maquinaciones
de los grandes poderes que iniciaban sus confrontaciones en aquella segunda década del siglo XX.
El que fuese el campeón de ajedrez mimado de los grandes
capitalistas de Estados Unidos, de pronto parecía inclinarse por las ideas del
naciente régimen comunista en Rusia, y amenazaba unirse a Capablanca como símbolo
de Nuestra América , lo que fue insoportable para sus iniciales patrocinadores.
Y aquel que en 1925 era el campeador de lo que era el incipiente
imperialismo, ya para finales de 1926, sería un cometa que se consumía por si
solo, desapareciendo del panorama mundial.
Cada vez se está mas cerca de conocer con exactitud como sucedió
aquello, pero parece que esa historia aun queda pendiente por escribirse y solo
nos queda tratar de escribir una versión novelizada que oriente el camino a aquellos
que, en otra década, serán los afortunados de otear en documentos que aun están
vetados para los autores de esta década. Tal vez cuando se cumpla el centenario
de los grandes éxitos del genio del ajedrez mexicano, se conozca una versión que
satisfaga completamente a todos. Mientras, aportaré mis testimonios y percepciones,
con esperanzadora intención de que algún día, la figura de Don Carlos Torre
inspire a los jóvenes ajedrecistas mexicanos a luchar por alcanzar las grandes cimas
del ajedrez internacional, sin tener que buscar fuera de la América Nuestra el
modelo a seguir.