28 jul 2010

Parte 2 La Cinta Magnética, un enorme paso desde Gutenberg.


Antes de escribir este artículo, sostuve en una mano 17 mil libros de ajedrez. Si los pesan en la Biblioteca de Cleveland podían pesar unas cuatro toneladas o más. Pero en unos 130 DVDs, pesan poco menos de 7 kilos. No es por presumir, pero cada dos días cargo unos 20 kilos con ese brazo, en forma de garrafón de 20 litros de agua. Así que 130 DVDs es para mi un ejercicio ligero. Convertir 4 mil kilos en 7, es un milagro que se inicio con AMPEX y la cinta magnética.
Una commodore 16 con su grabadora y cinta magnética fue lo que use para guardar 200 partidas de torneos de ajedrez. De ahí al Chess Base 7 pasaron casi 15 años. El culpable del inicio de ese camino fue Eugenio Bueno Campos, ajedrecista, músico y astrologo, pero uno de los primeros en México que utilizaron la informática aplicada en esos tres campos de su interés: el ajedrez, la música y la astrología. De acuerdo a la astrología, ambos somos Escorpiones y muy afines, así que aunque de diversas formaciones, el administrador y contador y yo dedicado a la docencia; además de nuestro amor a Veracruz, éramos bibliómanos, adoradores de la música y con alma de piratas, como diría el gran Agustín Lara, que aunque como yo, no nació en Veracruz, pero esta siempre en nuestro corazón. Eugenio, como mi abuelo, si es jarocho auténtico, y aunque de gran sensibilidad, la tecnología lo atrae. Así que su vida está muy relacionada a la cinta magnética, que guarda sonidos, información, etc. De la cinta magnética a los discos magnéticos, o sea del cassette al CD y al archivo de datos cada vez más creciente, se llega a la posibilidad de la música, el video y por supuesto de textos como los libros de ajedrez.
Por supuesto que no es lo mismo hojear un libro que ver su imagen en la computadora. Claro que no es lo mismo viajara a Cádiz y a Sevilla y hojear los documentos del Archivo de Indias que ver la microfilmación. A veces es mejor. ¿Se acuerdan de Umberto Eco y el Nombre de la Rosa? ¿Saben cuantos hongos o enfermedades se pueden adquirir hojeando libros? ¿Han leído de los orines de rata que se quedan en el papel y las victimas que hubo en Cuba por ello? Claro que los CDs pueden tener virus, pero son informáticos y no los curan en los hospitales. En el “Celia Sánchez Manduley” de La Habana, vi un amigo muy enfermo a causa de un microbio de “libro viejo”: Los que desde niños nos hablamos de tú con los ratones por andar en viejas bibliotecas, cada vez que estornudábamos en un pañuelo blanco, veíamos una preocupante mancha negra. Eso era muestra de lo que respirábamos.
Por supuesto, todos tendrán que aceptar que los libros muy antiguos es mejor leerlos en PDF que en su versión original. Además hay algunos, como los de Ruy López, que solo en “El Escorial” pueden leerse uno o dos ejemplares originales, en cambio en PDF, de la versión original, circulan ya miles, tantos como el último chiste sobre Obama.
Varios bibliómanos con mas veteranía que la mía, como el Ing. Ferríz Carrasquedo, decidieron antes que yo ingresar al club de escaneadores, y fue “respaldando” su biblioteca. Así ni las inundaciones, ni los saqueos de uno que otro vival, huésped temporal del club, dejarían incompleta una colección. Se preservaba así, de una vez, tanta valiosa información. La Mona Lisa será conocida por muchas generaciones futuras, pues millones de copias circulan por Internet, así que aunque en el Louvre (el de París, no el de La Habana, el de los “tacos”), pasará una hecatombe, el futuro de muchas décadas de la imagen de la Gioconda está asegurado.
No quiero hacer una apología de los escaneadores y la piratería, pero la realidad hará necesaria una revaloración de todo ello. Es como un mar, se puede contener un rato, se puede desviar, pero domar, nunca. Me recuerda a la Migración. Es mejor aceptar los hechos, tomar las mejores actitudes posibles, canalizar, normar con criterio, pero enfrentarla de frente y sin flexibilidad es como poner muros al mar. Con algunos diques ingeniosos tendremos un Amsterdam, una Venecia, pero si no colocamos bien las cosas, no prevenimos los cambios climáticos, las olas cubrirán a la Giraldilla en La Habana. Así más o menos el irrespeto a los derechos de autor, las copias y la piratería. No son meros delitos, sino trucos por la supervivencia.