20 mar 2008

En Harvard Bussiness Review se comentó la formula “Polgar” para producir un Gran Maestro.


En el número de julio de 2007 de la revista producida por la Universidad de Harvard, “Harvard Bussiness Review en el artículo “The Making o an Expert” (la Formación de un Experto), escrito por K. Ander Ericsson, del Departamento de Psicología de la Universidad de la Florida en la capital del Estado, Tallahasee, se hace una descripción de la manera en que Lazlo y Clara Polgar educaron a sus tres hijas, las que llegaron a la excelencia suprema en ajedrez, pero al mismo tiempo a ser naturales y sobresalientes en todas las demás áreas. El objetivo de los Polgar, además de beneficiar a sus hijas, objetivo prioritario, y salvarlas de los daños que causa la mala educación institucional, querían demostrar la importancia de la educación en el futuro de los niños. La importancia de una buena educación, no la que ofertaban las escuelas a la mano de la familia Polgar. Ellos se dedicaron a enseñar a sus hijas todo el programa escolar, reforzando su entrenamiento con el ajedrez. No era su objetivo primario hacerlas grandes ajedrecistas. Tal vez no lo era conscientemente. Pero al descubrir un talento especial en las tres (¡Que casualidad!) para el ajedrez, enfatizaron en su estudio. Ander comenta en su artículo sobre un libro que nos hemos soplado todos los que la hacemos de entrenadores, “Developing Talent in Young People” (Desarrollo del talento en jóvenes), de Benjamín Bloom de la Universidad de Chicago, editado en 1985, que examina los factores claves que contribuyen al talento. Y Ander se sorprende que Bloom no hallase, tras examinar 120 afamados y talentosos prodigios, indicadores comunes para profetizar si alguien llegará a destacar en algo, que predijeran el éxito de los virtuosos. Bloom en realidad dice que el patrón común es que trabajaron mucho, tuvieron un instructor sobresaliente y fueron apoyados plenamente por su familia. Estos tres factores lo tenían todos los exitosos, pero muchos que lo tenían no eran exitosos.
Es importante y de tomar en cuenta el artículo y los puntos de vista de Ander Ericsson, pues su trabajo sobre el mismo tema: “The Cambridge Handbook of Expertise and Expert Performance” (Manual Cambridge de Experticia y desempeño de expertos), es la compilación más completa de estudios sobre talento y expertos realizados por científicos de los Estados Unidos y es tomado muy en cuenta por diseñadores curriculares de todo el mundo.
Su conclusión es que la continua práctica es fundamental, pero la práctica deliberada, la controlada.
En un artículo publicado en Hungría en diciembre de 2007 se relata la manera de trabajar con el ahora Gran Maestro Fabiano Caruana, y lo que más resalta es que cada torneo en que participaba era cuidadosamente seleccionado, no nada más desde el punto de vista de promoción, de ascenso al título de Gran Maestro, sino desde el punto de vista docente, que podía dejarle en enseñanzas. Luego se hacía un estudio exhaustivo sobre los errores y como evitarlos en lo futuro.
Otro punto que marca Ander es que es importante la elección de Coach y mentores. En el caso citado de las Polgar, algunos Grandes Maestros que les dieron clase no fueron elegidos en base a su fuerza de juego sino a su manera “académica” de ser, su cultura general y por ser buenos ejemplos en general para las niñas Polgar, además de poseer gran cultura ajedrecistica en general, así como poder leer en varios idiomas y poseer un acervo bibliográfico amplio, tanto en ajedrez como en otros temas. Pero Ander resalta una cualidad en el coach fundamental,.que tienda a hacer sus pupilos independientes, que vayan formando el coach interno.
La fórmula así queda completa para lograr que alguien se haga un experto:
Práctica deliberada.
Análisis de la práctica, prueba y error.
Esfuerzo Continuo.
Apoyo Familiar.
Un buen coach.
Fortalecimiento del coach interno.
En todas las obras citadas, una cosa queda clara, que el talento natural es un factor, no el determinante.